En el sentido literal, el running parece un deporte fácil y sencillo: entrenas, comes bien y corres. Si bien esto es cierto a nivel superficial, una vez que estás dentro de un plan de entrenamiento, empieza a presentar sus complejidades.
Podemos hablar horas y horas de cómo perfeccionar el rendimiento y qué métricas tener en cuenta, pero es importante recordar que los objetivos que te has planteado para el running no solo tratan la rapidez. Correr de la mejor manera que sabes exige una mentalidad fuerte para complementar tu destreza física.
Nadie lo sabe mejor que el triatleta profesional y atleta de Polar, Tim Don. Ganador de algunas de las carreras deportivas más importantes, estableció un récord mundial con el IRONMAN más rápido nunca registrado (Campeonato Sudamericano de IRONMAN 2017, 7:40:23).
Don sería el primero en contarte que, para ser un corredor (o cualquier atleta en general) de éxito, existen cuatro aspectos mentales esenciales: sueños, objetivos, motivación y logros.
Aquí, vamos a profundizar un poco en cada uno de estos componentes, y cómo se combinan juntos para poder ayudarte a conseguir tus objetivos de running.
Sueños
Los atletas de cualquier nivel saben lo poderosos que pueden llegar a ser los sueños. Es lo que hace que alguien se levante del sofá y cruce la línea de meta de la carrera de 5 km que se celebra en su zona, o que un corredor de un grupo de edad finalmente consiga inscribirse para la maratón de Boston.
«Para mí, ahora mismo, los sueños son muchas cosas. Como triatleta profesional, es conseguir mi objetivo, rendir al máximo de mis capacidades, esforzarme todo lo que pueda y soñar con cruzar la cinta después de saber que he cumplido con todo», afirma Don.
Pero también con mi familia; sueño con que mis hijos son felices, que llevan un estilo de vida activo y que abrazan la vida, dándolo todo al 100 por cien.
Don soñó con hacer una IRONMAN por primera vez en el año 1997, cuando se convirtió en triatleta profesional. Para él, visualizar las condiciones en Kona le ayudó a potenciar un impulso para correr en el escenario más grande del mundo. Sin embargo, es importante ver las cosas en perspectiva: cuanto mayor sea tu sueño, más duro tendrás que trabajar o más difícil te resultará conseguirlo. Y pocas veces consigues lograrlo por ti mismo.
«Debes tener un plan, debes ejecutarlo y debes rodearte de un buen equipo: personas que te apoyen y tengan el conocimiento y las habilidades necesarias para ayudarte a cumplir tus sueños», afirma Don. «Experimentar tu sueño en realidad con familiares y amigos y con aquellos que comparten el viaje contigo, de eso se trata».
¿Cuál es el siguiente sueño de Don? Ganar el Ironman Kona, por supuesto.
Objetivos de running
La mayoría de los grandes logros empieza como un sueño, que se analiza y se desglosa en metas más alcanzables y pequeñas. Alcanzar tu sueño será un viaje lleno de subidas y bajadas, pero medir los éxitos y los fracasos a través de tus objetivos personales es una manera saludable de realizar un seguimiento de tu progreso.
«Son esos pequeños objetivos en los que puedes centrarte, y podrían ser un objetivo diario, un objetivo semanal o un objetivo mensual», cuenta Don. «Y, para mí, que me gusta ser práctico, me gusta mirar mi entrenamiento semanal, lo desgloso en dos o tres días, ese es mi objetivo, y es tan importante como el objetivo final porque sé que para llegar a él tengo que pasar por todo este proceso».
Los objetivos pueden presentarse en todas formas y tamaños, pero algunos específicos para correr pueden estar relacionados con la aptitud física, la fuerza, la resiliencia o la resistencia mental. Cada objetivo debe estar contextualizado, y existe un delicado equilibrio entre luchar por algo que no está al alcance de tus manos o por algo más asumible.
Si alcanzas un objetivo, recompénsate y disfruta del momento. Si fallas, aprende de tus errores y vuelve a intentarlo.
«Con mis objetivos más pequeños, si la semana de entrenamiento ha sido buena, tomo una buena copa de vino el fin de semana […] o estreno un par de gafas nuevas», nos cuenta Don. «En el gran esquema de las cosas, no son tan grandes, pero en ese momento, te lo has ganado, lo has conseguido».
Motivación
Ya sea en el trabajo, en las relaciones o en los entrenamientos, de vez en cuando, todos luchamos con la motivación. Es natural: las cosas que están fuera de nuestro control nos pueden agotar la energía e inyectar estrés en nuestra vida, hasta el punto en que esa sesión de seguimiento posterior al trabajo ya no nos suene atractiva.
Tener una fuente de motivación en la que apoyarse en estos momentos duros, puede ayudarte a mantener tu entrenamiento y aptitud física en el buen camino.
Para Don, su motivación es una combinación de mantener a su familia, y la alegría de poder volver a entrenar y a competir después de saber que ha superado una lesión. Su actitud positiva (puedo hacer esto, no tengo que hacer esto), combinada con su impulso para estar en su mejor momento el día de la carrera sabiendo que entrenó lo mejor que pudo, lo mantiene motivado y entusiasmado cada día.
«Siempre habrá momentos en los que sea difícil levantarte de la cama y comprometerte con una sesión, hacer los 45 minutos adicionales en bicicleta que necesitas hacer, y para mí, esas son las sesiones que cuentan», dice Don. «A veces es difícil, pero si puedes encontrar una pequeña chispa de algo que te ayude a salir por la puerta, te sorprenderás de lo que es capaz de hacer el cuerpo».
LogroS
Obviamente, detrás de un objetivo de running hay mucho más que solo presentarse el día de la carrera y poner el pie en la línea de salida.
Hay horas de entrenamiento, de preparación tanto física como mental, además de dedicación a estudiar el recorrido y a los adversarios. Este enfoque completo te ofrece la mejor oportunidad de lograr lo que te propusiste hacer en primer lugar. La visualización ayuda: controla lo que puedes controlar y no te preocupes por nadie más que por ti mismo.
«Cruzar la línea, de eso se trata. Puede que tengas que correr hasta el último metro, o que puedas disfrutar de los últimos 100; hay algo gratificante en cruzar la línea de meta sabiendo que lo dejaste todo y diste absolutamente todo lo que pudiste», cuenta Don.
Cuando hayas conseguido tu objetivo, disfruta del momento. Poco después, volverás a replanteártelo todo de nuevo y empezarás a buscar qué viene después: ¿repetir una actuación, ir más rápido o llegar más lejos? ¡Quién sabe!
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